En una entrada anterior vimos cómo bloquear nuestro móvil para que un extraño no pueda acceder a él pero esto nos genera varias cuestiones. Vamos a ver si las podemos resolver.
Si siempre entramos con biometría y nunca reiniciamos el móvil el PIN que definimos al configurar la biometría se nos puede olvidar y, si lo necesitamos, no sabremos el que es. Para evitar esto, los móviles tienen un truco: cada pocos días se nos obliga a que entremos con el PIN y no con la huella o la cara, para que lo usemos y que así no lo olvidemos.
Por cierto, lo de no apagar nunca el móvil no es buena práctica, debería hacerse con cierta frecuencia (una vez a la semana al menos) porque esto obliga al móvil a cerrar todas las aplicaciones y se corrigen errores que alguna de ellas hayan podido generar.
Ahora, si nos roban el móvil, gracias al bloqueo de pantalla, no se podrá ver el contenido. Sin embargo los móviles disponen de un sistema que consiste en presionar determinados botones al encenderlo para entrar a un menú desde el que se puede resetear, o sea, dejarlo como si fuera nuevo borrando todo. ¿Todo? ¡No! Un rincón ocupado por el irreductible correo Gmail asociado al móvil resiste ahora y siempre al invasor.
Si el móvil se resetea así, Android se da cuenta de que alguien lo ha borrado a la fuerza y, al iniciar de nuevo, pide que se escriba la cuenta de correo y la contraseña que tenía antes de borrarse. Así, si el ladrón no los sabe, no podrá usarlo. Esto es lo bueno.
Hay un problema habitual con el bloqueo de pantalla: no acordarse del PIN, patrón o contraseña. Esto puede suceder porque es un móvil que se usaba hace tiempo y que se tiene que volver a usar por razones diversas, porque uno es torpe o ha puesto uno raro y no sabe cuál es, porque lo bloqueó el niño y el niño dice ahora que no se acuerda…
En cualquier caso, con el truco de antes, podemos resetear el móvil con el grave inconveniente de perderlo todo pero, al menos, poder volver a usarlo.
El problema aparece cuando al iniciar de nuevo ya limpio nos pide correo y contraseña para comprobar que, quien lo borró, es su dueño. Así que, si tampoco los recordamos, no podremos continuar arrancando el móvil y quedará inservible.
Esto es lo malo.
Así, un sistema pensado para proteger nuestro móvil puede volverse en nuestra contra si olvidamos PIN, patrón o contraseña y también el correo del móvil y su contraseña.
Pero, como ya hemos puesto en práctica todo lo que aprendimos en el apartado de contraseñas, es algo que no nos va a suceder. ¿Verdad?
PIN de la SIM
Para acabar este apartado, vamos a explicar algo que genera confusión en ocasiones: la palabra PIN. PIN son las siglas, en inglés, de Número de Identificación Personal y el problema es que se usa ese nombre para el desbloqueo de la pantalla del teléfono, para pagar con la tarjeta de crédito o para la tarjeta SIM entre otros. Aunque el nombre sea el mismo el PIN no tiene por qué serlo.
La tarjeta SIM es la que la compañía telefónica nos proporciona y que nos permite llamar y tener internet. Para poder usarla suelen llevar un PIN que ellos nos dan y que tenemos que escribir cuando el móvil enciende para que funcione.
Cuando reiniciamos nuestro móvil o lo encendemos de nuevo después de habernos quedado sin batería o de haberlo apagado completamente (no silenciado) para que no nos molesten, nos pide dos números PIN:
- El primero es el de la tarjeta SIM
- El segundo es el PIN de bloqueo de pantalla que pusimos, conjuntamente con la huella o no.
Si el móvil tiene dos tarjetas SIM, nos pedirá el PIN de ambas.
El PIN de las dos tarjetas y el del bloqueo pueden ser los mismos o no y debemos tener claro el que nos pide para no bloquear la tarjeta o el teléfono.
Es conveniente que la tarjeta SIM tenga bloqueo por PIN.
En caso de no tenerlo, si perdemos o nos roban el móvil, sacando la tarjeta y colocándola en un móvil diferente podrán hacer uso de nuestra línea para por ejemplo llamar al extranjero y el coste de esa llamada lo pagaría el titular. O, peor, usar la línea para un delito y el número, y su titular, aparecerían como implicados.
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Hasta la BITta.
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